Toxina Botulínica.

La toxina botulínica es una neurotoxina elaborada por una bacteria llamada Clostridium botulinum que es capaz de producir parálisis muscular, es decir, al ser inyectada, la toxina botulínica bloquea las señales de los nervios a los músculos, por lo que estos se relajan.

En el campo de la medicina es utilizada como tratamiento terapéutico para disminuir los efectos de las enfermedades neurológicas que causan hiperactividad muscular, por lo que se puede colocar en personas que padecen:

Enfermedades neuromusculares.
Debilidad en músculos faciales como párpados caídos.
Estrabismo, parpadeo incontrolable.
La piel muy gruesa.
Facciones asimétricas.
Migraña crónica.
Vejiga hiperactiva.
Bruxismo.

Beneficios de la toxina botulínica.

Relaja los músculos.
Controla la transpiración.
Previene la aparición de arrugas.
No requiere el uso de pruebas alérgicas.
No deja marcas.
Resultado natural.
Los resultados se ven en un periodo corto.
Es un tratamiento que se puede repetir sin problema.

Procedimiento de la aplicación de la toxina botulínica.

En un procedimiento típico de Botox estético, se inyecta una cantidad muy pequeña de toxina botulínica en los músculos específicos que se desean tratar. Los efectos suelen comenzar a notarse en unos pocos días, alcanzando su máximo efecto después de aproximadamente dos semanas. Los resultados suelen durar varios meses, después de los cuales gradualmente desaparecen y se puede repetir el tratamiento.

¿Cuánto duran los efectos de la toxina botulínica?

Cuando se realiza la aplicación de toxina botulínica se ven resultados a los tres o cuatro días después de su aplicación. En la segunda semana, es cuando el resultado se aprecia con claridad.

Pasadas las seis u ocho semanas el efecto empieza a disminuir de forma progresiva y paulatina debido a la contracción de las zonas tratadas con la sustancia botulínica.